Después de leer: "Perspectivas
psicológicas sobre la implicación de la mujer en política". No he podido mas que hacer una pequeña síntesis del documento, para después poder dar mi opinión sobre ello.
La
dominación masculina en el ámbito de la política es abrumadora,
pero esto solo es un reflejo de las prácticas sociales consolidadas.
El
liderazgo esta tipificado, y esto afecta a las mujeres que quieren
ocupar puestos de responsabilidad y liderazgo en el ámbito político.
Los estereotipos de
género
-Los
masculinos son: dureza, competencia, agresividad, competitividad,
racionalidad, autoridad jerárquica, alto control del líder, etc.
Liderazgo: autocrático, centrado en la tarea.
-Los
femeninos son: sumisión, afectividad, compasión, cariño,
sensibilidad, cooperación, colaboración entre líder y
subordinados, resolución de problemas basada en la intuición y la
empatía, componente emocional etc. Liderazgo: democrático,
orientado a las relaciones.
Existe
la creencia generalizada de que los estereotipos de un buen líder
son los masculinos, y se percibe que la mujer por el mero hecho de
serlo, no desempeñará el liderazgo tan bien como un hombre. Esto
puede implicar que las mujeres que desempeñan puestos de liderazgo
se adhieran al estereotipo masculino, (las líderes al ser
conscientes de serlo, se autodefinen así mismas a través de los
estereotipos masculinos) pues es lo que se las exige implícitamente
para ser reconocidas, pero a la vez luego se las critica por ello,
pues no satisface las expectativas asociadas a su género (Margaret
Thatcher, apodada Dama de hierro). Las líderes deben comportarse de
manera natural, buscando un equilibrio, donde no se sientan
incómodas.
Aparece
aquí la incongruencia de rol, los estereotipos femeninos responden
mejor a los ideales de sociedad democrática , se valoran más
favorablemente, y aún así las mujeres líderes tienen que demostrar
mayor eficacia, se encuentran con entornos mas hostiles, y con
expectativas negativas.
El
liderazgo auténtico: la eficacia del líder depende de que sus
seguidores acepten que los valores que defiende encajan con sus
intereses de grupo.
El
liderazgo postheroico: no se trata tanto del líder, sino de la
organización que lo sustenta, de la responsabilidad compartida, el
logro/aprendizaje colectivo y el trabajo en equipo. Compartir poder.
Puede asociarse a los estereotipos femeninos, y lo que podría ser
una ventaja no los es, pues puede percibirse como una persona
generosa que lo hace sin esperar nada a cambio.
El
glass cliff (o precipicio de cristal) en el ámbito político.
Aparece
cuando las mujeres tienden a desempeñar puestos de poder en
compañías que están pasando por un momento de crisis. Cuando la
situación es peor se percibe que una mujer es más apropiada que un
hombre. A la vez que las mujeres son percibidas como mas aptas para
ocupar estos puestos, pues tienden a mayores situaciones de éxitos.
También
ocurre en los puestos con pocas probabilidades, difíciles de ganar,
donde las mujeres con mejores candidatas. Sin embargo si las opciones
de ganarlo son altas, se prefiere al hombre.
La
implicación femenina en la actividad política es menor que la
masculina debido a los obstáculos. Esto es algo que todos sabemos, y
reconocemos. Cada día las mujeres somos más visibles en el ámbito de la política, por lo que
tendrá que llegar el momento donde como mujeres encontremos un
equilibrio entre la masculinidad y la feminidad para aprovechar así
el liderazgo eficaz, sin perdernos a nosotras mismas. Pero a ello debemos contribuir todos, las
primeras nosotras, hacernos dueñas de nuestros destinos, revelarnos
contra cualquier paternalismo que solo nos condena a seguir con lo
establecido, crear precedentes para establecerlos como norma.
Pero
también el conjunto masculino debe participar en ello, los puestos
de poder hoy por hoy son ocupados por hombres en unos porcentajes
verdaderamente altos, pero esto debe empezar a cambiar. La igualdad
no es hacerlo “como los hombres siempre lo han hecho”, pues esto
obliga a las mujeres a adoptar roles de liderazgo patriarcales,
continuando de nuevo con lo establecido. Se deben respetar nuestras diferencias, siendo críticos con los discursos "de siempre".
Los
orígenes de la discriminación están en nuestras prácticas
comunes, en nuestras costumbres y tradiciones, por lo que debemos
cuestionarnos los estereotipos de liderazgo existentes, y a partir de
aquí, crearemos un liderazgo conjunto y neutro en lo que a características de género se refiere, sin especificar en si estas son en masculino o en femenino.