miércoles, 15 de enero de 2014

Imputación de la Infanta Cristina: crónica de un fiscal que aspira a ser famoso.

El fiscal acusa a Castro de «teorías conspiratorias» contra la Infanta

<< El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach ha presentado un escrito en el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, en el que solicita la declaración, en calidad de peritos, de los inspectores de la Agencia Tributaria que elaboraron los informes que exoneraron a la infanta de la comisión de un delito contra la Hacienda pública.

El fiscal del caso Nóos, Pedro Horrach, ha acusado hoy al juez José Castro de apoyarse en una "teoría conspiratoria" para imputar a la infanta Cristina al cuestionar la fiabilidad de los informes de la Agencia Tributaria en los que se descarta que la hija menor del Rey haya cometido delitos fiscales.
Por ello, ha solicitado al instructor que, antes de la declaración como imputada de duquesa de Palma, tome declaración como peritos a los inspectores de Hacienda que han investigado la actividad económica de la infanta a través de la empresa Aizóon, de la que es copropietaria junto con su esposo, Iñaki Urdangarin.
El acusador público considera "imprescindible" que se aclaren las dudas sembradas por Castro en su auto de imputación sobre la veracidad de sus investigaciones.
En opinión de Horrach, el juez se apoya en una "teoría conspiratoria" para "justificar la existencia de indicios delictivos que avalen la imputación" de la hija menor del Rey, vertiendo sobre los funcionarios de Hacienda "imputaciones relativas al encubrimiento de intereses espurios".
"Si el propio juez pone de manifiesto 'dudas' (...) acerca de la apariencia delictiva de las conductas de naturaleza tributaria atribuidas a doña Cristina de Borbón (...) convendrá que es imperativo citar a quienes pueden y deben despejar sus dudas", incide el fiscal, que apostilla que "la duda en un procedimiento penal equivale a mera conjetura, sospecha o especulación".
En su opinión, "se corre un grave riesgo de que la toma de declaración de doña Cristina de Borbón verse sobre reproches éticos y no sobre hechos presuntamente delictivos".
Horrach, que ha renunciado a recurrir la imputación tras renunciar a ello la propia infanta, resalta que el Código Penal no contempla como delito "imputar gastos personales a la actividad mercantil como costes de explotación", como hizo la duquesa de Palma con Aizoon.
El fiscal quiere que los funcionarios de la Agencia Tributaria ratifiquen ante el juez esta apreciación y también que los gastos personales de la infanta con fondos de su empresa hacen "imposible" que la cuota defraudada a Hacienda superase en un ejercicio los 120.000 euros, umbral mínimo del delito fiscal.
Recuerda que el propio instructor indicó en su auto de imputación que era "escasamente probable, aunque no merecedor de aplauso", que el presunto fraude alcanzara el grado de delito y le matiza que no es solo improbable sino "materialmente imposible".
Rebate además Horrach la supuesta contradicción de la Agencia Tributaria respecto a la consideración de deducibles de tres facturas falsas emitidas por Intuit contra Aizoon en 2007 y argumenta que los inspectores las consideraron así porque el propio Castro les pidió que hicieran una liquidación de la sociedad de los duques sin excluir ingresos y determinando los gastos deducibles.
Por ello insiste en la importancia de que los autores de los informes de Hacienda ofrezcan explicaciones y que aclaren también la confusión que, a su juicio, tiene Castro entre ingreso y cobro respecto a las relaciones entre Aizoon y el Instituto Nóos entre 2006 y 2008.
Además de tres inspectores de la Agencia Tributaria y la jefa del grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional, responsable de tomar declaración a los proveedores de Aizoon, el fiscal pide que vuelvan a declarar como testigos los representantes de siete empresas en cuyos consejos de administración estuvo integrado Iñaki Urdangarin, que cobró de ellas a través de la sociedad que compartía con doña Cristina.
El propósito de estos testimonios es que corroboren, como hicieron en sus primeras declaraciones, que efectivamente el esposo de la infanta participó en los respectivos consejos, algo que el juez cuestionó en su auto. >>

Diario La Razón. 15-01-2014

Después de tan larga noticia, aquí comienza mi crónica .
SÍ SEÑOR JUEZ, PARA MI LO HA CONSEGUIDO. Ha conseguido ser famoso, con todo lo que ello implica: que los medios lo acosen como nunca antes, sacando su vida privada a relucir, investigando todo su pasado, porque no crea que vale con su presente, la prensa sensacionalista totalmente subjetiva quiere saber si hace deporte, si le gusta el cine, si bebe whisky o ron, si lee (qué lee y porqué lee), si es más de playa o de montaña y hasta si duerme con calcetines. Incluso intentarán buscar razones de por qué viajó a Burgos en el 93 para poder conectarlo con los actuales sucesos de el Gamonal (desde aquí, olé por el movimiento ciudadano). Pero usted no se preocupe, será el malo de la película hasta que consiga demostrar la culpabilidad de los imputados (si es que alguno es culpable), y ni aún entonces serán capaces de reconocer que usted solo hacia su trabajo, como bien sabe y como bien puede.
Desde luego, no creo que los indicios por los que usted cree que la infanta Cristina debe comparecer sean por conseguir fama, ni que tan siquiera están cerca de ello. Al revés, creo que como un hombre de leyes, considera que estas son igual para todos, sin tener en cuenta de quien sea hija yo o de quien sea hija la Infanta. Sí señor juez, la Infanta y yo tenemos distintos padres pero como ciudadanas españolas tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones. Y esto parece que a los medios no les parece bien, es mucho más fácil criticarle a usted, persona intachable hasta el momento pero sobre la que de repente se debe cernir la sospecha.
Creo sinceramente que esta usted contribuyendo más a la monarquía de lo que la misma Infanta ha contribuido, y me explico. Está acercando la monarquía al pueblo como nunca antes, igualándonos en los derechos que teóricamente tenemos pero que en la práctica casi nadie diría. Está defendiendo la idea de que la justicia en nuestro país existe, aunque a veces la echemos de menos, y está luchando por lo que cree que es cierto, continuando con la causa que cree verdadera a pesar de las muchas trabas, y es que si considera que alguien es culpable de delito tiene derecho como mínimo a intentar demostrarlo.
El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, debería seguir sus pasos y no aumentar las trabas. Señor Horrach un único apunte: persiga la corrupción y no a los jueces que la juzgan. Por usted y por todos nosotros, porque para las personas con consciencia que piensan por si misma (sin reproducir el discurso aprendido), esta usted “haciendo el tonto” (siendo yo muy coloquial en las palabras) y es que ya nadie se cree su discurso. Si de verdad, usted también actúa de buena fe, haciendo su trabajo lo bien que sabe y lo bien que puede, ¿por qué no deja que la Infanta compadezca, que se demuestre si hubo o no delito y que todos nos llevemos un buen sabor de boca, sabiendo que la justicia sigue presente?. Vaya, creía que solo iba ha hacer un apunte, y al final me han salido dos.

Y es que, estamos tan desilusionados, que sólo con notar indicios de que no hemos perdido toda la igualdad, ya nos animamos a continuar y a mejorar. Y es que es solo en usted, donde veo la “duda” señor Horrach, (que como usted dice “equivale a la mera conjetura, sospecha o especulación”) de la imparcialidad.

En tiempos de injusticia es peligroso llevar la razón.





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