martes, 28 de enero de 2014

Perspectiva de arranque

Después de leer: "Perspectivas psicológicas sobre la implicación de la mujer en política". No he podido mas que hacer una pequeña síntesis del documento, para después poder dar mi opinión sobre ello.

La dominación masculina en el ámbito de la política es abrumadora, pero esto solo es un reflejo de las prácticas sociales consolidadas.
El liderazgo esta tipificado, y esto afecta a las mujeres que quieren ocupar puestos de responsabilidad y liderazgo en el ámbito político.

Los estereotipos de género
-Los masculinos son: dureza, competencia, agresividad, competitividad, racionalidad, autoridad jerárquica, alto control del líder, etc. Liderazgo: autocrático, centrado en la tarea.
-Los femeninos son: sumisión, afectividad, compasión, cariño, sensibilidad, cooperación, colaboración entre líder y subordinados, resolución de problemas basada en la intuición y la empatía, componente emocional etc. Liderazgo: democrático, orientado a las relaciones.

Existe la creencia generalizada de que los estereotipos de un buen líder son los masculinos, y se percibe que la mujer por el mero hecho de serlo, no desempeñará el liderazgo tan bien como un hombre. Esto puede implicar que las mujeres que desempeñan puestos de liderazgo se adhieran al estereotipo masculino, (las líderes al ser conscientes de serlo, se autodefinen así mismas a través de los estereotipos masculinos) pues es lo que se las exige implícitamente para ser reconocidas, pero a la vez luego se las critica por ello, pues no satisface las expectativas asociadas a su género (Margaret Thatcher, apodada Dama de hierro). Las líderes deben comportarse de manera natural, buscando un equilibrio, donde no se sientan incómodas.

Aparece aquí la incongruencia de rol, los estereotipos femeninos responden mejor a los ideales de sociedad democrática , se valoran más favorablemente, y aún así las mujeres líderes tienen que demostrar mayor eficacia, se encuentran con entornos mas hostiles, y con expectativas negativas.

El liderazgo auténtico: la eficacia del líder depende de que sus seguidores acepten que los valores que defiende encajan con sus intereses de grupo.
El liderazgo postheroico: no se trata tanto del líder, sino de la organización que lo sustenta, de la responsabilidad compartida, el logro/aprendizaje colectivo y el trabajo en equipo. Compartir poder. Puede asociarse a los estereotipos femeninos, y lo que podría ser una ventaja no los es, pues puede percibirse como una persona generosa que lo hace sin esperar nada a cambio.

El glass cliff (o precipicio de cristal) en el ámbito político.
Aparece cuando las mujeres tienden a desempeñar puestos de poder en compañías que están pasando por un momento de crisis. Cuando la situación es peor se percibe que una mujer es más apropiada que un hombre. A la vez que las mujeres son percibidas como mas aptas para ocupar estos puestos, pues tienden a mayores situaciones de éxitos.
También ocurre en los puestos con pocas probabilidades, difíciles de ganar, donde las mujeres con mejores candidatas. Sin embargo si las opciones de ganarlo son altas, se prefiere al hombre.

La implicación femenina en la actividad política es menor que la masculina debido a los obstáculos. Esto es algo que todos sabemos, y reconocemos. Cada día las mujeres somos más visibles en el ámbito de la política, por lo que tendrá que llegar el momento donde como mujeres encontremos un equilibrio entre la masculinidad y la feminidad para aprovechar así el liderazgo eficaz, sin perdernos a nosotras mismas. Pero a ello debemos contribuir todos, las primeras nosotras, hacernos dueñas de nuestros destinos, revelarnos contra cualquier paternalismo que solo nos condena a seguir con lo establecido, crear precedentes para establecerlos como norma.
Pero también el conjunto masculino debe participar en ello, los puestos de poder hoy por hoy son ocupados por hombres en unos porcentajes verdaderamente altos, pero esto debe empezar a cambiar. La igualdad no es hacerlo “como los hombres siempre lo han hecho”, pues esto obliga a las mujeres a adoptar roles de liderazgo patriarcales, continuando de nuevo con lo establecido. Se deben respetar nuestras diferencias, siendo críticos con los discursos "de siempre".

Los orígenes de la discriminación están en nuestras prácticas comunes, en nuestras costumbres y tradiciones, por lo que debemos cuestionarnos los estereotipos de liderazgo existentes, y a partir de aquí, crearemos un liderazgo conjunto y neutro en lo que a características de género se refiere, sin especificar en si estas son en masculino o en femenino.

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